El gazpacho,
palabra que significa “rebujo de cosas”, es una sopa fría que los agricultores
en Andalucía hacían en mortero, y constituía el alimento base de muchas
familias. Con esta receta se aprovechan todos los frutos de la temporada de
verano, y es un alimento con un gran poder energético, muy sano e hidratante,
buenísimo para soportar el duro trabajo en el campo a altísimas temperaturas.
Existen muchas variantes, tantas como regiones. Aquí enseño la receta más
tradicional de mi casa.
Ingredientes
4 tomates maduros
1/2 cebolla
1 diente de ajo
1 pepino grande
1 pimiento verde italiano
1/2 pimiento rojo
1 rebanada gruesa de pan duro
Vinagre de vino
Aceite de oliva virgen extra
Agua
Sal
Elaboración
Pela los tomates y pártelos en trozos, como el resto de verduras. Colócalas todas en el vaso de la batidora y muele hasta que se forme un caldo homogéneo. Rectifica de sal, añade la rebanada de pan remojado en agua, una cucharada de vinagre, dos de aceite y un vaso de agua fría, y vuelve a moler. Si queda muy espeso añade un poco más de agua. Y si te molesta encontrar restos de pulpa molida, cuélalo antes de servir.
Acompaña de tropezones de cebolla, pepino y pimiento muy picaditos o pellizcos de pan duro, regando con unas gotas de aceite, y una pizca de pimienta negra.
Sirve muy frío, en un cuenco con cuchara, para tomar como una sopa, o en un vaso como una bebida acompañando otro plato.