¿Te gustaría
tener un árbol frutal en casa? Pues hoy vamos a hablarte de la especie ideal,
especialmente si vives en un lugar con un tipo de clima mediterráneo o
subtropical. Nos referimos al naranjo, una especie con bello porte, frutas
refrescantes y flores de encantadora belleza.
De fácil cultivo,
el naranjo refresca la atmósfera, además de proporcionar jugosos frutos. Por
eso, no es de extrañar que estos árboles llenen numerosos jardines. Lo mejor es
que puede cultivarse en maceta. ¿Quieres saber cómo? ¡Pues nosotros te lo
explicamos!
Las necesidades del naranjo
El naranjo
es una especie subtropical que no aguanta temperaturas por debajo de los 0
grados y, por lo tanto, tampoco sobrevive a las heladas. Así, requiere de mucha
luz y temperaturas cálidas en verano para desarrollar bien sus frutos, aunque
también necesita un ambiente húmedo, tanto en el aire como en el suelo,
prefiere la tierra no caliza, arenosa, profunda y fresca y es sensible a la
salinidad. Además, hay que protegerlo del viento.
Cuándo y
dónde plantar naranjo
Si quieres
plantar el naranjo en una maceta, ésta deberá ser lo más grande y profunda
posible para que el naranjo pueda crecer. Precisamente ahora es el momento de
sembrar esta especie, ya que suele hacerse a principios de primavera, desde
semillas o mediantes injertos. Las naranjas se cosechan desde octubre hasta
junio dependiendo de la variedad. Para cultivar el naranjo necesitarás tierra,
fertilizante para cítricos, arena para facilitar el drenaje y mantillo de buena
calidad.
Cuidados
El riego
debe hacerse con regularidad, sobre todo cuando hace calor. Eso sí, es
importante no exagerar con el agua y regar preferentemente por la noche para
evitar la rápida evaporación. En invierno será necesario llevarla al interior
para evitar que se congele y cubrirla con un velo.
Por último,
es importante realizar la poda desde el primer año, cortando los tallos de más
de 30 cm. Al final del invierno deberás cortar las ramas y podar los tallos
muertos y poco antes de la primavera deberás quitar las hojas de los ramos muy
tupidos para favorecer el crecimiento de los frutos.
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