Ingerimos más cantidad de alimento en
forma de zumo que entero
Es evidente que la
cantidad que ingerimos al tomar fruta entera al natural o en zumo no es la
misma, porque para prepararnos un vaso de zumo necesitaremos al menos 2 piezas
de fruta (y en ocasiones es posible que nos quedemos cortos).
En el caso particular
del zumo de naranja, debemos tener en cuenta que una naranja mediana pesa
alrededor de 200 gramos, de los cuales 50 forman parte de la cáscara. Es decir,
de esos 200 gramos en realidad comestibles son solo 150 gramos. Sin embargo,
para obtener un vaso de zumo de 250 mililitros necesitaremos al menos 2
naranjas y media.
Por tanto, al tomarnos
la fruta en forma de zumo estaremos ingiriendo más alimento, pero especialmente
en forma de azúcares y con una menor cantidad de fibra que si las consumiéramos
enteras.
Menos cantidad de fibra y por tanto
menos poder saciante
La mayor parte de la
fibra que encontramos en una pieza de fruta la localizamos principalmente en su
piel y en su pulpa. En el caso particular de la naranja, encontramos además
parte de esta fibra en la delgada piel blanca que hay entre la cáscara y la
pulpa. Sin embargo, cuando la preparamos en forma de zumo es evidente que la
pulpa y la mayor parte de esa piel blanca se retira, y no se consume.
Por tanto, el
zumo de naranja pierde la mayor parte de la fibra que nos aporta la naranja
entera. De hecho, si una naranja fresca y natural nos aporta alrededor de
2,4 gramos de fibra por cada 100 gramos, cuando la tomamos en forma de zumo
apenas nos brinda 0,1 gramos. Y si, además, tendemos a colar el jugo de naranja
el resultado es aún peor: prácticamente no tendrá fibra, siendo eliminada por
completo.
Esto se traduce no
solo en que prácticamente no consumiremos fibra, sino que el poder
saciante del zumo de naranja ecologica es muchísimo menor que si la
consumiéramos entera. Por tanto, no nos ayudará a saciarnos ni retrasará
nuestro apetito, por lo que terminaremos por comer más alimento.
Mayor absorción de azúcares
Hace algún tiempo la
propia Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejaba tomar la fruta entera
y de forma natural, reduciendo el consumo de zumos de frutas, especialmente
entre los niños.
El motivo es bastante
simple: la fibra que encontramos en una pieza de fruta entera ayuda a que
los azúcares presentes en ella se absorban de forma más lenta. Sin embargo,
cuando optamos por un vaso de zumo de fruta, sus azúcares terminan
absorbiéndose más rápido.
Los efectos son también bastante evidentes, ya que el zumo
tendrá un menor poder saciante, y además, causará un aumento brusco de los
niveles de glucosa en sangre. Por ello los zumos de fruta, envasados o
naturales, están muy relacionados con el incremento de sobrepeso y obesidad que
está sufriendo nuestra población hoy en día.
Teniendo
todo lo indicado en cuenta, la conclusión es más que evidente: desechar
nuestro zumo de naranja ecológicas del desayuno y sustituirlo por el consumo de
naranjas enteras. Son igual de deliciosas, más nutritivas y
sobre todo muchísimo más saludables.
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