Muchos fabricantes adulteran la miel y
la diluyen, pero la venden como pura. Estas 5 pruebas te dirán la verdad.
Si eres un consumidor habitual sabes que es un
producto muy apreciado y, por lo tanto, algunas veces resulta bastante cara. La
razón es que está compuesto por minerales, nutrientes y enzimas que son muy
beneficiosos para la salud, resultando también un sustituto natural del azúcar.
Pero existe un problema: su calidad y pureza, y
comprobarla puede ser un reto. La miel de mejor calidad y la única que debería
llamarse así viene de las abejas, así que, en el momento de comprar un tarro de
miel, asegúrate de que tenga las palabras “natural”, “miel de bosque” u “orgánica”.
Sin embargo, no siempre será fiable, pues los fabricantes se aprovechan de
vacíos legales para colocar etiquetas ambiguas.
Para saber de una vez por todas si la miel que
tienes en casa es pura y de calidad, sigue estos consejos:
Test del pulgar
Una de las mejores maneras de comprobar si tu miel es pura es colocando un poco de miel en tu pulgar y comprobar si se mantiene en su lugar o si se corre como algún liquido menos espeso.
En caso de que se corra significa que la miel no es pura, la miel verdadera es espesa y viscosa, mientras que la adulterada es más líquida, aunque su sabor persiste debido a la gran cantidad de azúcar que es añadida a esta última.
Test del agua
Vierte una cucharada de miel en un vaso de agua. Si la miel se queda en el fondo del envase, significa que es miel real, ya que la miel pura es densa y, para que pueda disolverse debe revolverse de manera constante, mientras que la miel adulterada, por ser más líquida, se disolverá junto con el agua.
Una de las mejores maneras de comprobar si tu miel es pura es colocando un poco de miel en tu pulgar y comprobar si se mantiene en su lugar o si se corre como algún liquido menos espeso.
En caso de que se corra significa que la miel no es pura, la miel verdadera es espesa y viscosa, mientras que la adulterada es más líquida, aunque su sabor persiste debido a la gran cantidad de azúcar que es añadida a esta última.
Test del agua
Vierte una cucharada de miel en un vaso de agua. Si la miel se queda en el fondo del envase, significa que es miel real, ya que la miel pura es densa y, para que pueda disolverse debe revolverse de manera constante, mientras que la miel adulterada, por ser más líquida, se disolverá junto con el agua.
Test del
fuego
Esto puede sonar alarmante, pero, la miel pura
es en realidad inflamable, así que, si vas a llevar a cabo este test, te
pedimos que lo hagas con mucha precaución. Toma un poco de algodón y cúbrelo de
miel.
Toma un encendedor y haz que la miel entre en
contacto con el fuego. Si se enciende, es miel pura, si no, es adulterada.
Test del
vinagre
Mezcla una cucharada de miel con un poco de
agua y unas 2 o 3 gotas de vinagre. Si el resultado de esta mezcla crea algún
tipo de espuma, entonces esta miel ha sido adulterada. No es pura.
Test del
calor
Al calentar la miel pura, esta se caramelizará
de forma inmediata, pero al ser falsa, esta hará ebullición, evaporándose.
Si no te parece realizar alguna de estas
pruebas, puedes revisar la simple composición física del producto, por ejemplo
su textura, que debe ser suave pero consistente, su olor dulce, o su sensación
de cosquilleo en la garganta al momento de consumirlo.
Existen otras pruebas que lo expertos utilizan
para determinar su grado de pureza, pero estas son las más prácticas y
cotidianas.
Y por favor, desde Econaranjas el Molino te decimos que no olvides apoyar al pequeño
negocio, gracias!!!
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